Buen miércoles. Estamos aquí con una lectura que creemos que, como suscriptor de El Times, puede interesarte. La periodista Amanda Hess no supo que algo estaba fuera de lo normal en su embarazo hasta los siete meses. El doctor le dijo que su bebé crecía muy deprisa. Tenía el síndrome de Beckwith-Wiedemann. Hess dedicó todas sus búsquedas en internet a la condición de su hijo y halló los nuevos dilemas de identidad que su maternidad le plantearía. Los padres que encontré en internet diferían en su enfoque sobre revelar los diagnósticos de sus hijos. Algunos querían proteger su intimidad médica; otros querían presentar con orgullo todo lo que eran al mundo. Mi mente se movía inquieta entre los dos bandos. Si no revelaba nada, ¿significaba que me avergonzaba de la discapacidad de mi hijo? Si la enfatizaba, ¿significaba que él necesitaba una defensa justificativa?
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