Buenas tardes,
Empiezo esta newsletter con un dato: En Afganistán había unos 12.000 periodistas ejerciendo en agosto de 2021, cuando los talibanes se hicieron de nuevo con el poder. Un año después, según Reporteros Sin Fronteras (RSF), quedaban 4.759. En estos momentos, el periodismo libre en Afganistán no existe y, según RSF, el 80% de las periodistas mujeres se han visto obligadas a abandonar el oficio. ¿Cómo sigue trabajando ese 20% en un país donde la presencia de las afganas se intenta borrar de la sociedad, prohibiéndoles trabajar, estudiar, salir solas a la calle e incluso reír?
Hicimos esta pregunta a las compañeras de Rukhshana, un medio afgano creado en 2021 por la periodista Zahra Joya y centrado especialmente en cuestiones que interesan a las mujeres. En Planeta Futuro estamos en contacto con ellas desde hace más de dos años, intentamos republicar algunos de sus temas y también les encargamos reportajes desde el terreno porque nos parece una buena manera de seguir hablando de los derechos de millones de afganas que son pisoteados cada día.
Zahra, que en este momento coordina desde Reino Unido un equipo que incluye a nueve reporteros, siete de ellos mujeres en distintas partes de Afganistán, logró que una de esas periodistas que sigue ejerciendo en el país nos contara un día cualquiera en la vida de otra colega, a la que llamamos Maghfira, una chica de 26 años que trabaja en una radio local en el norte del país.
Todo lo que hago yo o cualquiera de mis compañeras de El País cada día, de forma casi mecánica, es para ella un peligro, un reto y un camino de obstáculos. Arreglarse para salir de casa, tomar un medio de transporte, preparar una entrevista, hablar con una colega mientras se prepara un té en el comedor de la emisora, volver a su casa. Cualquier paso en falso puede costarle el despido, el arresto o el cierre de la emisora. Su relato es angustioso, os recomiendo que lo leáis porque todos necesitamos saber qué está pasando en Afganistán, aunque apenas hablemos de ello. También os aconsejo que echéis un vistazo a la página en inglés de Rukhshana, donde se publican reportajes estremecedores sobre el día a día de las afganas. Visitar su página es también una manera de apoyar su periodismo y de defender los derechos de las mujeres de este país.
Esta semana también hemos publicado otros temas que nos sorprenden e interpelan. Mi compañera Ana Puentes escribió sobre los accidentes cerebrovasculares en África, principal causa de muerte en siete países del continente y Silvia Laboreo nos alertó sobre un informe de la Organización Mundial de la Salud que advierte de la creciente medicalización de la mutilación genital femenina. Esto quiere decir que la práctica se está extendiendo y contemplándose casi como un acto médico y no como una agresión contra las mujeres. Desde Kampala, capital de Uganda, nuestro colaborador John Okot nos contó que las calles ya no van a llevar los nombres de colonialistas británicos y que el Gobierno acepta sugerencias de la población para decidir cómo se denominarán a partir de ahora. Por último, también os recomiendo la fotogalería sobre el hambre en la región etíope del Tigray, con imágenes de Ximena Borrazás.
Nos encontramos por aquí la semana que viene. Gracias por leernos.
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